junio 17, 2025

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Construcciones Yamaro | Seguridad primero: ¡Minimizando el riesgo eléctrico en obras de construcción!

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DAT.- La industria de la construcción, vital para el desarrollo de infraestructuras y edificaciones, conlleva inherentemente una serie de riesgos. Entre los más peligrosos y comunes se encuentra el riesgo eléctrico, una amenaza constante que puede tener consecuencias devastadoras para los trabajadores y la integridad del proyecto.

Explican desde Construcciones Yamaro, empresa presidida por Armando Iachini, que accidentes como electrocuciones, quemaduras graves e incendios son, lamentablemente, una realidad en obras donde la gestión de la energía eléctrica no se aborda con la seriedad y las precauciones necesarias.

Abordar eficazmente el riesgo eléctrico no es solo una cuestión de cumplimiento normativo, sino una prioridad ética y operativa. La implementación de protocolos estrictos de seguridad eléctrica, la capacitación continua del personal y el uso de equipos adecuados son pilares fundamentales para proteger la vida de los trabajadores y garantizar la continuidad de las obras. Una cultura de seguridad proactiva, donde cada miembro del equipo comprende su rol en la prevención de accidentes, es tan crucial como la inspección regular de las instalaciones y herramientas eléctricas.

Identificación y control de peligros eléctricos

Una gestión efectiva del riesgo eléctrico comienza con la identificación exhaustiva de los peligros. Esto incluye la evaluación de líneas eléctricas aéreas o subterráneas cercanas al sitio de construcción, la inspección de cables de extensión, herramientas eléctricas portátiles y equipos de iluminación.

Los cables dañados, empalmes inadecuados, sobrecargas de circuitos y la ausencia de puesta a tierra son fuentes comunes de peligro que deben ser detectadas y corregidas de inmediato. La proximidad de maquinaria pesada a líneas eléctricas energizadas, por ejemplo, presenta un riesgo significativo de contacto accidental, lo que puede resultar en descargas letales.

Para controlar estos peligros, es indispensable la aplicación de medidas preventivas rigurosas. Una de las primeras acciones es la planificación. Antes de iniciar cualquier trabajo, se debe realizar un análisis de riesgos eléctricos específico para la obra, identificando las fuentes de energía y las rutas de los cables. Se deben establecer zonas de exclusión alrededor de líneas eléctricas de alta tensión y utilizar protectores aislantes donde sea necesario.

Para los equipos portátiles, es fundamental asegurar que todos los cables estén en perfecto estado, sin cortes ni abrasiones, y que las tomas de corriente dispongan de conexión a tierra. La instalación de dispositivos de corriente residual (DDR) o interruptores de circuito por falla a tierra (GFCI) es vital, ya que estos dispositivos pueden detectar fugas de corriente y cortar el suministro eléctrico rápidamente, previniendo electrocuciones.

Además, el mantenimiento regular de toda la maquinaria y herramientas eléctricas es crucial. El personal a cargo de este mantenimiento debe estar certificado y realizar inspecciones periódicas para detectar desgastes, daños o fallos que puedan comprometer la seguridad. Las herramientas eléctricas deben ser doblemente aisladas o tener una conexión a tierra adecuada. El uso de equipo de protección personal (EPP) específico para riesgos eléctricos, como guantes aislantes, calzado dieléctrico y ropa ignífuga, es mandatorio para los trabajadores expuestos.

Capacitación, procedimientos y respuesta a emergencias

La capacitación del personal es un componente insustituible en la gestión del riesgo eléctrico. Todos los trabajadores, independientemente de su rol, deben recibir formación básica sobre los peligros eléctricos, cómo identificarlos y qué hacer en caso de encontrar una situación de riesgo. Aquellos que operan o trabajan directamente con instalaciones eléctricas deben tener una formación especializada y certificaciones que avalen sus conocimientos en seguridad eléctrica, primeros auxilios para descargas eléctricas y rescate de víctimas.

Se deben establecer procedimientos claros para el bloqueo y etiquetado (LOTO) de equipos energizados antes de realizar trabajos de mantenimiento o reparación, asegurando que el suministro de energía no se restablezca accidentalmente.

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Finalmente, contar con un plan de respuesta a emergencias bien definido es esencial. Este plan debe incluir protocolos claros para actuar en caso de un accidente eléctrico, desde cómo cortar la energía de forma segura y prestar los primeros auxilios adecuados, hasta cómo contactar a los servicios de emergencia. La disponibilidad de extintores apropiados para fuegos eléctricos (Clase C) y la señalización clara de los puntos de corte de energía son también aspectos vitales.

La implementación constante y el refuerzo de estas prácticas de seguridad no solo previenen accidentes, sino que también fomentan un ambiente de trabajo más seguro y eficiente, donde la preocupación por la vida humana es la máxima prioridad en cada etapa del proyecto de construcción.

(Con información de Construcciones Yamaro)



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