Tras el impacto de ‘Cinco lobitos‘ y el éxito de ‘Querer‘, Alauda Ruiz de Azúa regresa con ‘Los domingos‘, un nuevo largometraje que consolida su mirada sensible y lúcida sobre los vínculos familiares. En una conversación con Alejandro G. Calvo dentro del programa Otra Ronda, la directora habla sobre su forma de escribir, su relación con los intérpretes y cómo la espiritualidad y la duda se abren paso en su cine.
Con ‘Los domingos’, Ruiz de Azúa vuelve a situar la intimidad como territorio de conflicto, esta vez a través de una adolescente que, tras la muerte de su madre, decide ingresar en un convento de clausura. Una historia que, como el resto de su obra, se resiste al juicio moral fácil y busca la emoción desde la escucha y la honestidad.
«Escribo desde lo que me incomoda»
La cineasta reivindica un cine que no empuja al espectador, que no le dicta lo que debe sentir, sino que le invita a pensar. «Me gusta tratar al público como me gusta que me traten a mí cuando voy al cine», explica la cineasta, contando que en esta película «la familia vuelve a ser el vehículo para hablar de algo más grande: las creencias, la pérdida y el deseo de entender». Sobre el proceso creativo, Azúa cuenta que:
«En Cinco lobitos quizá necesitaba entender cosas de mi propia vida, pero en Querer o Los domingos busco acercarme a realidades que me resultan incómodas, tensas o que no tienen respuestas claras».
Esa curiosidad le ha llevado a desarrollar una metodología de escritura en la que la documentación es esencial: «Me he vuelto adicta a los procesos de investigación. Intento comprender antes de juzgar». Esa búsqueda de comprensión también define su relación con el espectador. «Me gusta dejar espacio para que quien mira se haga sus propias preguntas», dice.
«No me interesa tanto ofrecer respuestas como activar algo dentro de quien ve la película». En ‘Los domingos’, esa activación pasa por un terreno especialmente complejo: la fe. «La historia de una adolescente que quiere ser monja de clausura tras la muerte de su madre podía parecer extrema, pero me interesaba no desde lo religioso sino desde lo humano, desde la necesidad de encontrar sentido», explica la directora
El resultado, asegura, depende tanto de la preparación como de la apertura a lo inesperado. «A veces das instrucciones esperando que algo suceda sin saber exactamente qué», reflexiona. «Y de repente pasa. Ese es el milagro del cine».
En Espinof | Las series más esperadas de 2025
En Espinof | Las mejores series de 2025

Más noticias
El verdadero antagonista es el sistema que hemos construido
Taylor Sheridan ha decidido emular a los creadores de ‘Stranger Things’
Se me saltaron las lágrimas